Nota del Editor: Para continuar con la celebración del Mes de la Herencia Hispana, nos gustaría compartir con ustedes la experiencia de Julieta Ramírez, directora asociada de PIQE, dentro de nuestra organización.
“Son papás que desean sacar adelante a sus hijos, pero no tienen las herramientas
para hacerlo. Cada vez que veo a estos papás es como ver a mis propios padres”.
Julieta Ramírez comenzó en PIQE cuando aún cursaba la universidad, estaba buscando una
organización en la que pudiera hacer sus prácticas; nunca imaginó que en PIQE
encontraría un programa que resonara tanto con ella.
“Fui a una de las clases y me enamoré del programa, porque era exactamente lo que yo
hubiese querido que mis papás supieran para que me ayudaran”, recordó.
Más de una década ha pasado desde entonces y Julieta permanece en PIQE, ahora como
directora asociada en nuestra oficina de Fresno.
“Me encanta su misión”, dijo. “Yo sé por lo que los papás están pasando y lo que
necesitan”.
Julieta creció en una casa donde los padres no hablaban inglés y el primer idioma era
el español. Además, fue la primera persona de su familia en cursar una carrera
universitaria. “Todos me decían ‘ve a la universidad’, pero nadie me
podía decir cómo hacerle”.
La historia de la mayoría de las familias de PIQE, ella la vivió. Entiende la
frustración que sienten los padres al no poder ayudar a sus hijos ni con las
tareas y la frustración de los hijos al no tener a nadie en casa que les dicte
el camino a seguir. Se identifica, y quizás por eso le apasiona tanto
ayudarlos.
“Para muchas de nuestras familias Estados Unidos es el país de las oportunidades, y
creen que con estar aquí ya la hicieron; creen que lo único que tienen que
hacer es inscribir a sus hijos en la escuela, y cuando se dan cuenta que no es
así, se sienten terrible”.
Agregó que muchas familias van a los talleres de PIQE “por no dejar” y sin saber qué
esperar, y ahí se dan cuenta que están dejando de hacer y aprovechar muchas
oportunidades que la escuela les brinda y que podrían aumentar la probabilidad
de éxito de sus hijos.
“Tienes que de alguna manera capacitar a los papás para que aboguen por los derechos de
sus hijos”, señaló.
Julieta agregó que para lograr un verdadero impacto es necesario crear una conexión con
las familias a las que estás sirviendo; observarlas, entender de dónde vienen,
comprender sus necesidades y sus metas.
“Si yo pudiera sacar a todos los papás de sus casas para que vinieran a una sesión
de PIQE, lo haría. Una sola sesión haría una gran diferencia”, asegura Julieta.
“Si a los papás los empoderas, muchas cosas empiezan a cambiar en su casa y con
todos sus hijos”.